Reseña
Título original: Mal de Ojo | Dirección: Isaac Ezban | País: México | Reseña: Javier Espinoza
Mal de Ojo es una película de horror 100% a la mexicana. Rebecca (Samantha Castillo) y Guillermo (Arap Bethke) son padres de dos hijas y la más chica de ellas, Luna (Ivana Sofía Ferro), está muy enferma. La hija grande, la adolescente insolente Nala (Paola Miguel) mira con recelo como todas las atenciones se van hacia su pequeña hermana. En búsqueda de la solución a su salud que la medicina “tradicional” no les otorgaba, por lo que se fueron a la búsqueda de su abuela Josefa (Ofelia Medina) al rancho Las Ánimas. Será el reencuentro entre madre e hija y la presentación de la familia de esta última con aquella.
La relación entre Rebecca y Nala es complicada, pero no se compara a lo difícil que es la poca convivencia entre Rebecca y Josefa. Los padres de las niñas se van y las dejan bajo el cuidado de la abuela. Durante esos días, Avigail (Paloma Alvamar) las atiende y les cuenta una leyenda tradicional de su pueblo, sobre unas trillizas de las cuales una enfermó y las otras buscaron una solución “alternativa” a través de una bruja recién llegada del Caribe (Klaudia García). Nala empieza a atar cabos y a notar similitudes entre su situación actual y la incluida en el cuento, por lo que todo comienza a volverse sospechoso.
Y es justo cuando la historia cambia el tono de telenovela (género favorito del público mexicano) que empieza la parte interesante. Isaac Ezban, con un guion co-escrito por él junto a Junior Rosario y Edgar San Juan, dejan para el tercer acto la mejor parte de la trama, explotando la paranoia de la adolescente protagonista, quien ahora es la guardiana de su pequeña hermana. Elementos como rituales de brujería, danzas, actos sexuales, criaturas y sangre, se hacen presentes de forma gráfica, nunca gratuita, y se agradece que el director vaya con todo, total, ya está explorando este tema, ni modo de quedarse a medias. Ezban toma lo mejor de su experiencia en el terreno de lo fantástico y decide aventurarse en una parte tradicional de la cultura mexicana: la brujería.
El término “mal de ojo” es algo que sin duda todos en el país han escuchado y se les ha explicado. Aquí va sobre el daño ocasionado por el quid pro quo que significa hacer un trato con fuerzas malignas. Ofelia Medina está muy bien en el papel de Josefa, con todo y un guiño a su papel de jorobada en Rina (Sarrás, 1977) encarnando perfecto a una abuela aferrada a sus procedimientos y costumbres, que bajo ninguna circunstancia iba a doblegarse con una adolescente. El resto del elenco también funciona bien, a pesar de que como producto del tono de la película hay algunas escenas ligeramente sobreactuadas. El score está demasiado presente y en varios fragmentos no empata con lo que vemos en pantalla, y la voz en off en el arranque y el cierre podría eliminarse; pero nada de eso afecta cuando ves el trabajo de un director que va evolucionando con cada trabajo. El hechizo surtió efecto.